Cartas sin destino
Tristeza
Hoy estoy muy triste, siento que de nuevo el amor me ha dado la espalda, anoche no podía dormir, por mi ventana entraba un rayo de luz, de esa luna casi llena, que iluminaba mi estancia y me hacía soñar, soñar con algo que sé inalcanzable, sin embargo real, real como mis sueños, real como los sentimientos de mi corazón, pero claro, está muy distante y no solo por los miles de kilómetros que nos separan, ni por la abultada diferencia de edad, hay otras razones que duelen más.
Se me vino al pensamiento algo que ya había dicho con anterioridad, la amistad es libre y desinteresada, el amor egoísta y posesivo. Lo que empezó por una amistad, pronto se convirtió en amor y que amor Dios mío, un amor puro y sincero, un amor que jamás había sentido, pero el amor exige, exige porque es egoísta y a veces a veces precisa de argumentos que no se le pueden dar, cuando dice estar dispuesto a darlo todo... que absurda contradicción.
He tenido tiempo en la infinidad de la noche de analizar todo lo que hemos hablado en diversas ocasiones y se me presenta una cruda realidad, los sueños no son compatibles con mi forma de ser, tal vez sea demasiado impulsivo, demasiado fogoso y no comprendo algunos silogismos, solo sé que estoy sufriendo y tal vez también te esté haciendo sufrir a ti y aunque muchas veces me sienta feliz, hay otras como hoy, que siento un vacío imposible de llenar.
He recordado un poema que hace tiempo leí, rehilete en la noche, rehilete en el viento, rehilete en el amor. Olas que van y vienen con la marea del mar. Un amor que no es fijo, un amor que se mueve al compás de la brisa, pero yo soy torre fija y por mi ventana entró ese rehilete de viento que me traía el amor y que como remolino libre y sin control, también se marchó dejando barrida mi torre de ilusión...
Estoy cansado y tengo sueño, pero mi realidad no me deja dormir, me angustia, me oprime, entonces, vuelvo a sentirme como tiempo atrás, solo en un mundo que no puedo comprender, tal vez sea un neófito en el amor, muy a pesar de mis años, o quizá sean los años los que me hagan pensar que el tiempo se me acaba y que no tendré la oportunidad para hacer de esos sueños una realidad. Maldito tiempo, ¿Por qué no habrá un reloj sin arena? ¿Por qué no un mar sin olas? ¿Por qué tienen que existir las distancias si no las podemos salvar? ¿Por qué existen los sueños si no los podemos realizar...?
Perdóname si te pongo triste, no es mi intención, pero es mi realidad y tal vez con mi realidad te haga daño, pero es mi forma de ser y nada me podrá hacer cambiar, lo mismo que tú eres libre y como tal no te gustan las ataduras, se que mi amor te ata y posiblemente te esté dañando, ya que tú necesitas a alguien que esté cerca de ti, con realidades tangibles y no con un amor virtual, que nada te puede ofrecer... Un poema escrito, unos versos recitados, una canción romántica, la fotografía de una rosa, un corazón dibujado en un papel, o simplemente unas bonitas palabras de amor... Y eso es poca cosa.
La distancia no es mi aliada.
Solo fui un deseo contrariado, que chocó con la realidad y que solo produce sufrimiento, deseo que tendrás que arrancar para recuperar tu libertad.
Mángelbe.
