Los días son largos, las
noches interminables sin tu presencia, los versos que de mi pluma
fluyen... y que de ti hablan, solo ellos... mitigan mi soledad.
Oye mayor ¿me devuelves la pelota? Ufff. no tan fuerte me vas a hacer correr mucho, te la hecho otra vez y me la devuelves, pero más despacio, tienes mucha fuerza.
¿Mejor así?
Sí, mucho mejor. Dime mayor ¿estás cansado ya? ¿Por qué estás solo?... ¿no tienes amigos? Yo tampoco tengo, soy nuevo en esta ciudad, me ha traído mi mamá... y es la primera vez que venimos a este parque. Si quieres podemos ser amigos y jugar juntos, yo conozco muchos juegos y te puedo enseñar.
Está bien seremos amigos, aunque nunca he tenido un amigo tan pequeño.
No me gusta que me llames así, ya tengo siete años y no soy pequeño...
Uhmmm está bien no te enfades, te llamaré jovencito, ¿está bien así?
Sí, así está bien, tú me llamas jovencito y yo te llamaré mayor. No te importa ¿verdad?
¿Por qué habría de importarme? Tengo ya bastantes años y aunque no me considero viejo sí que soy mayor.
Ya somos amigos.
Bueno entonces como ya somos amigos, nos podemos presentar, yo me llamo Beni y como podrás ver soy algo mayor que tú y tengo la barba blanca, ahora te toca a ti presentarte, a ver dime cómo te llamas...
Pues yo me llamo Ángel y hace unos días que vine a esta ciudad, vivo con mi mamá que es esa mujer que está sentada en aquel banco con el vestido blanco y se llama Inmaculada... ¿es muy guapa verdad?
Sí joven Ángel es muy guapa... y su nombre tan bello como la paz que refleja su semblante.
¿Pero qué te pasa Beni? ¿Por qué te brillan los ojos? parece como si fueses a llorar y tienes la piel erizada.
No es nada jovencito, solo que me he emocionado un tanto al verla... me ha hecho recordar tiempos pasados cuando yo vivía con una joven muy bella... tanto como tu mamá, pero un día tuvo que marcharse y con ella también se marchó un hijo que hoy tendría tu misma edad.
Pero dime Beni ¿por qué se tuvo que marchar y por qué él se fue con ella?
Esa misma pregunta jovencito, llevo yo haciéndomela siete largos años y nunca hallé la respuesta... el destino, la fatalidad... quizá la providencia... Solo que en estos dilatados años jamás he podido apartar de mi mente y de mi corazón tan funesta ausencia...
Tal vez mi joven amigo no podía entender mis palabras, pero me miraba a los ojos con tal serenidad y sosiego que en realidad parecía un Ángel.
Una voz celestial rompió el silencio que nos envolvía...
Ángel, hijo mío, nos tenemos que marchar, ya es muy tarde y pronto se hará de noche...
En seguida voy mamá.
He de marcharme Beni, mi tiempo aquí ha terminado... si mi mamá puede, mañana volveré...
Y vi como ambos se marchaban cogidos de la mano.
Mi joven amigo volvía de cuando en cuando la cara y con su tierna manita me decía adiós, los vi alejarse despacio, hasta donde alcanza mi vista.
Me siento de nuevo en mi banco y respiro profundamente, todo me parece un sueño. La noche cae lentamente sobre el parque y una ligera brisa mueve las ramas de los árboles, siento frío... mi cuerpo se hace liviano, me parece estar flotando en un cielo infinito poblado de relucientes estrellas...
Oigo voces a mi alrededor, pero no puedo ver a nadie... a lo lejos se oye la sirena de una ambulancia, quizá deba de atender alguna emergencia con las primeras luces del alba...
Mamá, mamá mira es Beni, el señor de ayer, mi amigo el mayor, aun está sentado en el banco... Parece que esté dormido.
Sí hijo mío, tiene un hermoso y apacible sueño del que muy pronto despertará para reunirse con nosotros... para siempre.
Tus palabras me dejaron pensando... ¿tal vez en mi
soledad?, ¿en mis miedos?, ¿pero miedo a qué?... ¿ha ser de nuevo feliz?,
aunque me temo que todo pueda ser un espejismo.
La
soledad me permite observar y analizar fríamente cada capítulo de cuanto
acontece a mí alrededor... me dejo llevar por la corriente para alcanzar la
orilla... luchar en su contra seria un esfuerzo inútil, que desgastaría mis
fuerzas, tal vez sea loco... pero no me considero tonto... el árbol robusto,
fuerte, rígido... lo trepa el viento, en cambio el débil sauce de flexibles
ramas se deja llevar por la fuerza del vendaval, pero cuando este amaina,
vuelve de nuevo a su ser.
Voy
de regreso a mi banco... aunque tal vez pase de largo, pues quizás no halle en
él, más que la sombra de un recuerdo y que bajo las hojas amarillas que el
Otoño ha dejado... solo haya un rescoldo, con el que aun me pueda quemar.
Creo
recordar que hace algún tiempo hice mención de algo que mi padre me enseño...”Ve
por la vida andando despacio, con paso corto... mira siempre al frente con
vista larga... y actúa en consecuencia fríamente... no te dejes engañar por las
apariencias”.
De nuevo regresé a mi banco... atendí tu
invitación, pero cuando llegué no estabas... tal vez me viste llegar por el
norte y no te gusto mi apariencia... tal vez me observas de lejos... quizá
quieres estar segura de no equivocarte y esperas que yo me manifieste... estuve
sentado en él, con la cabeza entre mis manos... miraba las hojas ocres y
amarillas que el viento amontonaba junto a mis pies... quería encontrar algo
debajo de ellas... de nuevo el aire las mueve... no ocultan nada, todo está vacío... me levanto y de nuevo tomo el camino de mi soledad... tal vez algún
día regrese... “eso espero”.
Mi corazón está triste y se ha vuelto silencioso,
tal vez me marche no sé si para siempre, para nunca más volver... no sé, lo
estoy pensando y soy lento de pensamientos, todo esto me ha hecho mucho daño y
no tengo en quien apoyarme... es mas no quiero apoyarme en nadie... no sea que
después también resulte dañado... por de pronto guardare silencio, no digo que
no vaya a leer, que si lo haré, pero me limitare solo a eso, no publicare... no
comentare... permaneceré mudo, en silencio. ¿Qué por qué borré mis poemas?... porque
son míos y porque me he sentido burlado... engañado... maltratado... Yo no
poseo la verdad absoluta, solo tengo mi verdad y con ella miro por mi ventana y
le cuento al mundo mi sentir... quien me sabe escuchar, comprenderá mi verdad...
yo no miento... si has leído mis poesías podrás ver el mundo con mis ojos y
veras que los niños juegan... pero crecen y pierden su inocencia... veras que
el sol brilla en el cielo... pero que al caer la tarde se difumina en el
horizonte... perdiéndose en la lejanía, dejándonos inmersos en la noche oscura
y fría... veras que una pareja se besa en el parque... se aman... o ¿tal vez se
estén despidiendo?... tengo un corazón cálido... con mucho amor y el calor que
desprende no pocas veces empaña los cristales de mi ventana y no me dejar ver
el frío mundo exterior. Y por último mis matemáticas son y siempre han sido
sumar alegrías... restar penas... multiplicar el amor... el resultado fue...
que me dividieron el corazón.
No pienses que soy especial, solo tengo un corazón
sensible y que con facilidad llega a enamorarse y por lo tanto también a
desengañarse... me gusta el dialogo... no las discusiones... pero a veces hablo
más de lo que debiera y otras callo sin tener porque hacerlo... intento
mantener un equilibrio entre mi mente y mi corazón... pero la verdad casi nunca
lo consigo y muchas veces se me anuda la garganta y mis ojos derraman lágrimas
casi siempre en el silencio de mi habitación.
Ella, amada mía, mi dulce, mi amargo, mi tierno
amor... real o no, entro en mi corazón y tomó posesión de mis sentimientos,
solo se de ella lo que ella misma me dijo... lo que me quiso contar... ella
tenía miedo a volar y tomada de mi mano voló... ella tenía necesidad de amar y
abrazada a un sueño me amó... juntos recorrimos nuestro maravilloso mundo
virtual... real... ficticio... era nuestra verdad y cerramos los ojos al
mundo...
No podría decirte si realmente existe o no, solo te
puedo decir que todo esto me ha dañado mucho y que me costara volver a confiar
en los demás, es mucho el dolor y la duda, que habitan en mi alma.
Tu sabes bien que te aprecio y que eres una de la
pocas personas en las que aun me atrevo a confiar, eres una gran amiga... si me
apuras un poco, hasta podría decir que te quiero un montón y me alegra que
hayas vuelto a reír, yo por el contrario, continuo sumido en la tristeza y de
mis ojos de cuando en cuando se desliza una lágrima que rueda por mi mejilla.