¿Te cambias por mí?
Pon tu cara en el espejo del necesitado y escucha los latidos de su corazón.
¿Tú a qué grupo perteneces?
A los que le ponen una moneda en el sombrero y se van tan felices...
O a los que le dan una patada al sombrero y además le rompen el espejo...
Tal vez ninguno de los dos es el ideal... quizá sería mejor tomarlo de la mano, ayudar a que se levante y que pueda verse en el mismo espejo que tú.
Mángelbe.
Comentario de autor: No basta con encogerse de hombros y pasar de largo, hay que detenerse y mirarse en el espejo de frente.
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