LA LUZ DE LAS TINIEBLAS
Sentado tras los cristales
desde mi ventana pude ver,
una lluvia de fuego,
la luz de las tinieblas
y el alba en el ocaso...
Porque aun viviendo en ti
por ti yo muero,
porque eres hielo
que abraza mis venas,
porque eres mi dulce
sabor amargo,
ese silencio que habla.
Porque eres pena y alegría,
realidad y fantasía,
discordancia y melodía,
porque siendo ruda prosa
eres mi bella poesía,
porque vives y mueres
en mi noche y en mi día...
Sentado tras los cristales
desde mi ventana pude ver,
de cerca en la distancia
que solo me acompaña
tu inevitable ausencia.
Mángelbe.
COMENTARIO DE AUTOR: Un silencio elocuente, que habla mientras calla y oculta su soledad entre la muchedumbre.
Generalmente un amanecer genera sombras que se van diluyendo con la inmensidad del nuevo día, así mismo en la vida los momentos oscuros van quedándose atrás, dejando un espacio libre para que los ocupe el brillo de un nuevo renacer.
Esa es luz que se proyecta desde
el futuro hacia un presente lleno de inquietud y oscuridad, donde la distancia
es corta, porque el tiempo no existe, donde la soledad es compañía, porque hay
alguien con quien compartirla...
Mángelbe.
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