EL POETA Y SU AMADA
Bajo la bóveda estrellada
de una noche inquieta
se oye la voz del poeta
pidiéndole a su amada
que lo venga a visitar.
El olor a romero y tomillo
en sus sentidos penetra
el silencio le permite soñar
y del lucero que más brilla
un ángel lo viene a buscar.
Allá en el rio, junto a la orilla
el agua parece un canto entonar
quiere su bello poema brindar
a los amantes allí reunidos.
Entre arrullos beso y caricias
se encadena con a su amada
son almas y cuerpos fundidos
en la noche siempre soñada.
La luna con pasión los vigila
como chiquilla enamorada,
las horas trascurren en calma,
de la mano dulcemente cogidos
los sorprende la alborada.
Mángelbe.
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