Mi ventana
Hoy no estoy en mi ventana, hoy está cerrada, atrás
quedan los recuerdos, ese puente que la unía con la tuya, desde donde cada
noche partían los sueños para encontrarse contigo, desde donde un día partió mi
corazón volando en las alas del viento para cruzar océanos y mares buscando tu
amor. Para ti dibujé paisajes de sueños, lugar dónde mis poemas escribía. Donde
mis aguerridas huestes marchaban para luchar con tu corazón en esa guerra de
amor que en su día te declaré. De allí también salió mi corazón desnudo, para
que lo pintaras de azul y lo vistieras de mar. Donde por primera vez me besaste
en un sueño que no pudo ser más real, reflejo de la luz, que como mariposa en
el alba voló, en las noches de Veracruz. En la que nació un bichito que
locamente enamorado en tu corazón anidó, allí donde germino la semilla del amor
con profundas raíces y de cuyo tallo nació una bella flor. Desde donde mi mente
y mi alma volaron para estar junto a ti hasta el nuevo amanecer, unidos por un
sueño de lujuria en una noche de placer y la noche fue testigo de un amor sin
igual, en un mundo de sueños, en nuestra realidad virtual.
Hoy estoy sentado frente al mar, con la mirada
perdida en el horizonte, donde el cielo parece juntarse con el océano en toda su inmensidad. Cae la
tarde, una ligera brisa acaricia mi rostro y el suave murmullo de las olas
componen una hermosa melodía llena de amor y nostalgia. De pronto una ola
insolente rompe su ímpetu en mis pies, haciéndome volver a la realidad.
Desde mi ventana no se ve La Mar...
Mángelbe.
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