Estoy sentado junto a mi ventana, una leve
lluvia cae y golpea suavemente los cristales con un rítmico y ligero tintineo,
la mañana está gris e invita a soñar, cierro los ojos y siento como te acercas
por detrás y me rodeas con tus brazos, noto como tus labios se acercan a los
míos..., me besas..., un escalofrío recorre todo mi cuerpo, mi corazón sube de
pulsaciones, y se ensancha tanto que casi me impide respirar, que tierna
y dulce sensación, que bienestar, no quiero abrir los ojos, no quiero
despertar.
Tu presencia llena mi alma de ilusión, mi mente
vuela prendida en las alas del viento, recorre hermosos paisajes de sueños,
donde juntos compartimos el amor, allá donde el silencio nos habla envuelto en
imágenes pacientes, donde el viento acaricia tu piel, allí que el lirio blanco
florece en los linderos del sueño esperando el rocío del amanecer, donde los
pájaros vuelan en perfecta armonía, allá donde el murmullo del rio nos quiere
un poema brindar... mientras tomadas nuestras manos componen una bella melodía
de amor.
Tímidamente, poco a poco y sin querer abro mis
ojos, ya no llueve, tampoco tú estás, pero me queda el recuerdo de ese primer
beso que me das, sé que es un sueño, pero te juro vida mía que no ha podido ser
más real.
Mángelbe.
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